Poemas destacados del mes de mayo

Con la llegada de mayo, la poesía florece como la naturaleza misma: con fuerza, color y emoción. Este mes nos ha regalado versos que capturan la belleza de lo cotidiano, la nostalgia de lo que se va y la esperanza de lo que vendrá. En esta selección reunimos los poemas más destacados, aquellos que han resonado por su profundidad, su originalidad y su capacidad de conmover. Una invitación a detenerse, leer y sentir.

Poeta: Liliana Ancalao

Poema: “Solicitud de desamparo”

habiendo reunido cada requisito

en mis treinta y años residiendo estable

llegada a esta instancia

este día lunes seis de la mañana

con un sol certero que se me ha clavado

justo en la parada

 

solicito a ustedes innovar

así casi formalmente

una firma apenas que me dé permiso

unas cuantas lunas

 

hace rato siento que me está faltando

la sangre en la sangre

y me he permitido tramitar un viaje

hasta mis regiones las más abisales

 

por si me demoro

por si tarda el lago en recuperarme

con imagen clara

tengan comprobante de que fue a pedido

y no sientan pena de cubrir vacante

 

adjunto las copias de certificados

de buena salud y de buena conducta

los estudios hechos no me han detectado

 

amor mal curado

ni es delito probo el haber parido hijas

 

como el fuego

sin quedar a espera y por triplicado

saludo señores señores señores

Autor: Jorge Aulicino

Poema: “Teo”

¿Hay dios? La pregunta, formulada

mientras cae una pelota de goma

escalón por escalón hacia la calle,

suena, cierta en tu imaginación.

pertinente.

No sabés por qué formulaste la pregunta

cuando en tu cabeza la pelota de goma

rebotaba de escalón en escalón.

Y mientras probás construir la imagen

de una puerta situada al final de la escalera

–un manchón de luz– tenés la certeza

de que la pregunta se extingue

aunque la pelota no deja de rebotar

y no llega nunca a la puerta.

Autor: Miguel Espejo

Poema: “Entre círculos”

 sí, siempre, uno se encuentra

en el centro de la pérdida de las cosas

en el centro de la pérdida de la gente

la pérdida de los padres y de la patria

de un hijo o de un hermano

de una esposa o de una amante

que escapa lejos, muy lejos

adonde nace el lenguaje del viento

y se hunde muy hondo

donde se agita el murmullo del mar

escapa indefectible, irrevocablemente

sin que haya nada –en nuestras manos

en nuestro corazón–

lo suficientemente fuerte para retenerla

 

hay que alimentar una grave y terrible tristeza

para soportar tanto vacío

una ilusión inmersa en el torbellino de la nada

una sensación de angustia y penuria

equidistante del amor

tan fuerte como el amor

y tan privado de fuerzas

 

en el límite de las cosas

en el límite de los actos

solo encontramos una gran desolación

y algunas palabras para expresarla

cómo hubiese querido ser todas las cosas

todos los sentimientos

no traicionar ninguno

ni en la intimidad ni en la elocuencia

ni en la sorpresa ni en la cautela

ser todas las cosas como lo deseaba Pessoa

escondiéndose detrás de sucesivas máscaras

ocultando las carencias, el dolor

la cercanía del pensamiento

y, sobre todo, una profunda nada

 

ah, qué sorpresiva nuestra condición, nuestro destino

donde nos es dado lamentar todo

imaginar aquello que puede faltarnos

acompasando lo que verdaderamente se ha ido

 

¿de dónde sacar ahora auténticos impulsos

de qué sombrero extraer algún garbo

alguna inédita ternura?

 

ni las más plenas palabras bastan para expresar nuestras pérdidas

ni los interminables corredores de un laberinto

ni las dudas que brotan intermitentemente del alma

 

mi corazón es un río extraviado en los mares de la ausencia

en los atardeceres donde la tristeza reina

y donde ningún calmante basta para aquietarla

 

yo hubiese querido tantas cosas

tantas situaciones y tantos actos

hasta cien muertes distintas

pero soy apenas esta tristeza sin patria

sin ilusiones, sin vértigos

como un péndulo que se encuentra al borde de apagarse

y no quiere sino repetirse a sí mismo

 

mi corazón es apenas el símbolo de una fuga

el ritual desgastado de un mundo

en donde ocurren todas las faltas

todos los pesares, los agobios

y la llama que incinera el resplandor y la alegría

 

yo hubiese querido tantas cosas para mi vida

tantos sentimientos para mi corazón

tantos fervores para mi alma

pero solo encuentro esta crucifixión diferida

esta noche, este tormento sin gloria

ni un muelle, ni una estación de trenes

pueden reflejar la intensidad de este vacío

que todavía siente

la pérdida de las cosas

la pérdida de la gente

la pérdida de la pérdida

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